Adam Fern, cofundador de PoP, reavivó recientemente el debate en torno al modelo play-to-earn (P2E) en los videojuegos web3 con un artículo sincero titulado "Play to Earn es tonto y aquí te explico por qué". Su argumento principal desafía la sostenibilidad y el diseño de P2E, sugiriendo que mezclar la diversión con los incentivos financieros puede dañar ambos elementos de la experiencia de juego.
Por qué los juegos Play to Earn están fracasando
El argumento central: diversión vs. finanzas
Según Fern, cuando los videojuegos introducen la ganancia como una mecánica clave, compite directamente con la noción de diversión. Citando la jerarquía de necesidades de Maslow, señala que la generación de ingresos aborda necesidades humanas más apremiantes que el entretenimiento. Como resultado, las motivaciones financieras inevitablemente tienen prioridad sobre el disfrute. Este cambio, argumenta, distorsiona el propósito de los videojuegos y socava el valor a largo plazo del compromiso del jugador.
Fern hace referencia a su propia experiencia con Pirate Nation para ilustrar esto. Inicialmente, el proyecto mostró métricas sólidas después del evento de generación de tokens (TGE). Sin embargo, con el tiempo, los tokens se concentraron en manos de partes con incentivos desalineados, lo que finalmente resultó en una presión de venta sostenida y una economía en el videojuego en declive. Según él, este patrón es común en la mayoría de las campañas P2E y play-to-airdrop (P2A) vistas en el último año.
Su conclusión es clara: los desarrolladores de videojuegos deben aspirar a crear títulos que valga la pena jugar intrínsecamente (incluso aquellos por los que los jugadores estarían dispuestos a pagar) en lugar de videojuegos que paguen a los jugadores por participar.
Por qué los juegos Play to Earn están fracasando
Puntos de vista alternativos: ¿Se puede reparar el P2E?
Otras voces en el espacio web3 han añadido matices a esta discusión en curso.
Loopify, otro comentarista de la industria, está de acuerdo con Fern en algunos aspectos. Propone que la distribución de tokens debe tratarse como un gasto de marketing en lugar de una estrategia de retención de usuarios a largo plazo. Señala que pocos videojuegos web3 han aprovechado con éxito las recompensas de tokens para la adquisición de usuarios (UA), citando a Sleepagotchi como un raro ejemplo con un retorno positivo del gasto en recompensas (RORS). En su opinión, la mayor parte del éxito visto en esta área proviene de crypto games diseñados para una audiencia web2.
Heimdall, el economista jefe de Citadel, ofrece un contrapunto. Él cree que la diversión y las finanzas pueden coexistir, pero solo bajo condiciones específicas. La clave, dice, es la competencia. En el enfoque de Citadel, inspirado en EVE Online, las recompensas de tokens están ligadas a un riesgo real, como la destrucción de activos, lo que introduce apuestas significativas e interdependencias. Para Heimdall, las ganancias deben surgir naturalmente del intercambio de valor entre jugadores en una economía funcional dentro del videojuego. "Ganar es solo un subproducto de tener una economía real", señala.
Por qué los juegos Play to Earn están fracasando
Diseño de tokens e incentivos a largo plazo
Apix también se une a la conversación destacando que el problema puede no ser la presencia de los tokens en sí, sino cómo se integran en el videojuego. Señala que las recompensas basadas en tokens a menudo se sienten artificiales y se complican por la existencia de tokens bloqueados en manos de equipos e inversores, lo que puede crear una presión a la baja sobre el valor de los tokens debido a su incentivo para vender.
Apix menciona ejemplos de ecosistemas existentes como Gigaverse y CS:GO, donde los jugadores pueden "ganar" a través de economías de artículos impulsadas por la demanda, no por la especulación de tokens. Estos modelos, aunque no están explícitamente tokenizados, demuestran que las economías sostenibles dentro del videojuego pueden prosperar cuando el valor se crea orgánicamente a través de la actividad y la demanda de los jugadores. Sin embargo, también reconoce que estas economías aún pueden verse influenciadas indirectamente por la perspectiva de futuras asignaciones de tokens.
BEN.ZZZ de Cambria se hace eco de preocupaciones similares sobre el impacto de los utility tokens en manos de equipos e inversores. Cuestiona si las estructuras de incentivos basadas en tokens existentes son capaces de soportar la creación de valor a largo plazo sin causar volatilidad o fomentar el pensamiento a corto plazo.
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Hacia un mejor diseño de incentivos en los videojuegos Web3
Este creciente cuerpo de críticas apunta a un consenso más amplio: el modelo play-to-earn, en su forma actual, es defectuoso. Si bien algunos argumentan que toda la premisa es insostenible, otros creen que el modelo puede funcionar si se rediseña cuidadosamente. Ya sea a través de economías competitivas dentro del videojuego, mejores sistemas de distribución de recompensas o mecanismos de incentivos completamente nuevos, el camino a seguir requerirá un cambio en la forma en que los videojuegos web3 abordan la creación de valor.
Como dijo una vez Charlie Munger: "Muéstrame el incentivo y te mostraré el resultado". En el contexto de los videojuegos web3, esa cita sirve como un recordatorio de que el diseño de los sistemas de incentivos determinará en última instancia el éxito (o el fracaso) de cualquier economía de videojuego.
Fuente: GamingChronicles
