Según un informe reciente de Konvoy, la computación afectiva, el estudio de cómo la tecnología puede interpretar y responder a las emociones humanas, está ganando atención. Investigadores en instituciones como el MIT Media Lab están explorando formas de permitir que las máquinas analicen las respuestas emocionales a través de la actividad cerebral, las expresiones faciales y otras señales fisiológicas.
Aunque este concepto pueda parecer futurista, las empresas ya están trabajando en tecnologías para medir e interpretar las emociones humanas en tiempo real. El desafío radica en evaluar con precisión las emociones, ya que la investigación psicológica presenta diferentes teorías sobre cómo se forman y expresan las emociones.

Medición de Emociones en Videojuegos
Comprendiendo la Emoción
La medición de las emociones ha sido objeto de estudio durante siglos. La obra de Charles Darwin de 1855, La expresión de las emociones en el hombre y los animales, fue uno de los primeros intentos de explorar la naturaleza de las emociones. Con el tiempo, las teorías psicológicas han evolucionado, surgiendo tres escuelas de pensamiento principales. La Teoría de la Emoción Básica sugiere que las emociones son universales y ocurren como una respuesta automática a los estímulos.
La Teoría de la Evaluación, por otro lado, argumenta que las emociones son el resultado de la evaluación cognitiva de una situación. Más recientemente, la Teoría de la Emoción Construida propone que las emociones no son innatas, sino que son construidas por el cerebro, influenciadas por el trasfondo cultural y las experiencias pasadas. Este debate impacta directamente en cómo se pueden medir las emociones. Si las emociones estuvieran universalmente ligadas a respuestas físicas, como sugiere la Teoría de la Emoción Básica, entonces los datos biométricos como las expresiones faciales o la frecuencia cardíaca podrían indicar de manera confiable los estados emocionales.
Sin embargo, si las emociones se construyen en función del contexto, entonces los datos fisiológicos brutos por sí solos podrían no ser suficientes para determinar lo que una persona siente. Estudios, como los presentados por Lisa Feldman Barrett en How Emotions Are Made, resaltan la importancia del contexto en la interpretación emocional. Por ejemplo, una expresión facial que parece indicar miedo podría, en un contexto diferente, ser en realidad una reacción de alegría o emoción.

Lisa Feldman Barrett en How Emotions Are Made
Métodos Actuales para Medir la Emoción
Las empresas e investigadores que intentan cuantificar las emociones han recurrido a modelos como el Modelo Circumplejo del Afecto. Este marco mapea las emociones basándose en dos dimensiones: valencia (cuán positiva o negativa es una emoción) y activación (el nivel de activación o intensidad). A diferencia de la clasificación directa de emociones, este modelo proporciona una visión más amplia de los estados afectivos, que luego pueden interpretarse en contexto.
Las startups en este campo a menudo utilizan una combinación de señales fisiológicas y datos contextuales para inferir estados emocionales. Por ejemplo, en un entorno de videojuego, si los sensores biométricos detectan un aumento en la frecuencia cardíaca y la tensión muscular mientras un jugador falla repetidamente en un desafío, podría sugerir frustración o enojo. Al superponer datos adicionales, como el contexto de la partida y el comportamiento pasado del jugador, las empresas pueden refinar su análisis emocional para proporcionar evaluaciones más precisas. Sin embargo, persisten los desafíos, ya que las respuestas emocionales pueden variar ampliamente entre individuos y culturas.

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Aplicaciones Potenciales en Videojuegos
Una de las áreas más prometedoras para la computación afectiva es la industria de los videojuegos. Los videojuegos proporcionan un entorno controlado donde se pueden combinar datos biométricos y contextuales para analizar las emociones del jugador. Investigadores y empresas han explorado cómo los videojuegos podrían adaptarse en tiempo real en función del estado emocional de un jugador, creando experiencias más inmersivas y personalizadas. Los personajes no jugables (NPC) que responden a las emociones de un jugador, o los niveles de dificultad que se ajustan en función del compromiso y la frustración, son aplicaciones potenciales de esta tecnología.
A pesar del potencial, la adopción generalizada en los videojuegos enfrenta obstáculos. La implementación de retroalimentación emocional en tiempo real requiere avances significativos tanto en hardware como en software. Además, no está claro si los jugadores aceptarían o rechazarían los videojuegos que se adaptan en función de sus estados emocionales. Si bien existe interés en explorar estas posibilidades, ninguna implementación principal ha demostrado aún una ventaja clara que impulse la demanda del consumidor.

Medición de Emociones en Videojuegos
Aplicaciones de Salud y Adopción por el Consumidor
Más allá de los videojuegos, la integración de datos emocionales en aplicaciones de salud puede ofrecer un camino más práctico hacia la adopción generalizada. Plataformas centradas en la salud, como Whoop o Fitbit, ya recopilan datos fisiológicos para proporcionar información sobre el estado físico y la recuperación. Al incorporar métricas emocionales, estas plataformas podrían ayudar a los usuarios a comprender cómo sus estados emocionales se correlacionan con los patrones de sueño, la salud física y el bienestar general.
El seguimiento de emociones en aplicaciones de salud podría permitir a los usuarios reconocer patrones y realizar ajustes informados en su estilo de vida. Por ejemplo, si una persona nota que sus niveles de estrés aumentan después de dormir mal, podría tomar medidas para mejorar su higiene del sueño. Además, la retroalimentación emocional en tiempo real podría fomentar prácticas de mindfulness, como tomar descansos o participar en técnicas de relajación cuando se detectan signos de estrés o frustración.

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Reflexiones Finales
El campo de la computación afectiva está progresando, pero persisten los desafíos para medir e interpretar las emociones con precisión. Si bien los videojuegos ofrecen un espacio prometedor para la experimentación, la adopción práctica por parte del consumidor puede ser más factible en aplicaciones de salud, donde los conocimientos emocionales pueden combinarse con otros datos de bienestar para impulsar cambios de comportamiento significativos. A medida que la tecnología continúa evolucionando, la capacidad de medir e interpretar las emociones podría remodelar la forma en que las personas comprenden y gestionan su salud emocional.
Fuente: Konvoy



