Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es una clase magistral sobre cómo aprovechar el poder del contenido generado por el usuario (UGC, por sus siglas en inglés). Al dar a los jugadores la libertad de experimentar, despierta la creatividad e involucra a su comunidad de una manera que pocos otros videojuegos pueden igualar. Este enfoque podría tener profundas implicaciones para los juegos Web3, lo que subraya la importancia de la libertad de creatividad en el mundo de los videojuegos.
La última incorporación a la legendaria franquicia de Legend of Zelda no busca reinventar la rueda, sino que itera sobre la fórmula establecida en 'Breath of the Wild'. El director del videojuego, Hidemaro Fujibayashi, y el productor, Eiji Aonuma, vieron un potencial sin explotar en la serie y decidieron agregar nuevas formas de interactuar con el mundo del videojuego en lugar de crear uno completamente nuevo. ¿El resultado? Una mecánica fascinante que permite a los jugadores impactar verdaderamente el mundo del videojuego.

El videojuego presenta las habilidades Ultrahand y Fuse, que brindan a los jugadores el poder de manipular objetos en el entorno y combinarlos de formas nunca antes vistas en la serie. Los jugadores pueden hacer combinaciones ingeniosas o completamente absurdas, el videojuego no discrimina. Las consecuencias de estas acciones, ya sea que conduzcan al éxito o al fracaso, son parte de la curva de aprendizaje y contribuyen a una experiencia atractiva que hace que los jugadores regresen por más.
Esta libertad de creatividad es un aspecto fundamental del atractivo del videojuego y es algo que podría ser increíblemente beneficioso para los juegos Web3. El ethos del mundo crypto se trata de devolver el poder a los usuarios. Por lo tanto, la implementación de contenido generado por el usuario parece un ajuste natural. Al proporcionar a los jugadores las herramientas para crear y experimentar dentro del mundo del videojuego, los desarrolladores pueden fomentar un sentido de propiedad y profundizar la conexión entre los jugadores y el videojuego.
La libertad creativa que ofrece Legend of Zelda: Tears of the Kingdom ha impulsado una ola de contenido viral en las plataformas de redes sociales. Clips de los usos ingeniosos (o a veces hilarantemente mal concebidos) de las habilidades Ultrahand y Fuse por parte de los jugadores están circulando en Twitter, Instagram, TikTok y más.
Estos fragmentos de creatividad y resolución de problemas inesperada han resonado tanto en jugadores como en no jugadores. La combinación única de diversión, fantasía y pensamiento estratégico del videojuego ha demostrado ser tan atractiva que muchas personas ahora están comprando una Nintendo Switch solo para experimentar Tears of the Kingdom de primera mano. Este fenómeno sirve como testimonio del poder del contenido generado por el usuario tanto para impulsar la participación de la comunidad como para aumentar las ventas.
Tal enfoque también puede cultivar una comunidad vibrante, muy similar a la que se ve con Tears of the Kingdom. Cuando los jugadores tienen la libertad de expresar su creatividad y ver el impacto tangible de sus acciones en el mundo del videojuego, se sienten más involucrados en el videojuego. Es más probable que compartan sus experiencias, estrategias y creaciones, fomentando un rico intercambio de ideas que fortalece los lazos comunitarios.
Además, el contenido generado por el usuario puede mantener un videojuego fresco y emocionante. La capacidad de experimentar y crear puede conducir a una variedad prácticamente infinita de posibilidades de partida, asegurando la longevidad del videojuego. Esto es especialmente crucial en el mundo de los juegos Web3, donde la competencia es feroz y la retención de usuarios es vital.
El ejemplo establecido por Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es poderoso. La libertad de creatividad no es solo una característica interesante; es un componente central del atractivo y la longevidad de un videojuego. Fomenta la participación de la comunidad, despierta la creatividad y permite un nivel de inversión personal que pocas otras características pueden igualar.
Los desarrolladores de juegos Web3 harían bien en tomar una página del manual de Nintendo. Al adoptar el contenido generado por el usuario y fomentar la libertad de creatividad, pueden crear videojuegos que no solo sean agradables, sino también profundamente atractivos y basados en la comunidad. Después de todo, en la era de Web3, el poder está en manos de los jugadores.

