Según SuperJoost, los llamados al fin del videojuego de consola han acompañado durante mucho tiempo el cierre de cada generación de hardware. Típicamente, la disminución de las ventas al final del ciclo de vida de una consola se ve como un signo de declive. Sin embargo, la historia demuestra consistentemente que estas predicciones son prematuras. Aun así, la transición actual parece marcadamente diferente de las que la precedieron.
Con el lanzamiento global de su nuevo dispositivo la semana pasada, Nintendo ha iniciado oficialmente la décima generación de videojuegos de consola. Pero a diferencia de ciclos anteriores, los enfoques estratégicos de los actores actuales —y de algunos nuevos— reflejan cambios más profundos en cómo la industria define las plataformas, el engagement y el crecimiento.

El futuro del videojuego de consola
Nintendo: Reforzando el legado a través de la IP
Nintendo sigue un modelo centrado en el hardware, pero cada vez más integrado con su estrategia de propiedad intelectual (IP) más amplia. Tras éxitos como The Super Mario Bros. Movie en 2023 y la expansión de parques de atracciones temáticos de Nintendo, la compañía se está posicionando como una marca de entretenimiento transversal. Antes del lanzamiento de la Nintendo Switch 2, la compañía aprovechó una fuerte cobertura mediática y la lealtad a la marca.
A pesar de las preocupaciones sobre la similitud del hardware con la Wii U —un producto que tuvo un rendimiento inferior después del éxito masivo de la Wii—, el nuevo dispositivo superó las expectativas. Nintendo informó ventas de 3.5 millones de unidades en sus primeros cuatro días, incluyendo 1.1 millones de unidades en EE. UU., marcando un lanzamiento récord para la compañía. Este rendimiento inicial sugiere que Nintendo está recuperando el control de la narrativa, con una estrategia basada en hardware curado e IP de alto impacto, en lugar de perseguir la paridad tecnológica con los competidores.

Nintendo Switch 2
Microsoft: Transición a ecosistema y Cloud
El enfoque de Microsoft contrasta fuertemente con el de Nintendo. En lugar de centrarse únicamente en el rendimiento de la consola, Microsoft está reposicionando Xbox como un ecosistema basado en servicios. Su objetivo es hacer que los videojuegos sean accesibles en múltiples dispositivos —consolas, portátiles y plataformas cloud—, utilizando el hardware como un canal en lugar de un guardián.
Una nueva asociación con AMD destaca esta transición. Microsoft está codesarrollando silicio para unificar el rendimiento en todos los dispositivos, mejorando la eficiencia y reforzando el soporte para características como la retrocompatibilidad. Esta estrategia también permite una integración más profunda de la IA y soporta el gameplay cloud-first. En efecto, Microsoft se está moviendo hacia un modelo de plataforma verticalmente integrada, similar en estructura al de Apple, pero dentro de una arquitectura abierta y cross-platform.
Esta evolución eleva las apuestas competitivas para Nvidia, que proporciona chips para Nintendo pero tiene una presencia limitada en las consolas tradicionales, y también complica la posición de Sony, que comparte a AMD como proveedor. Si tiene éxito, la estrategia de Microsoft —anclada en Game Pass, optimización exclusiva de chips y alcance cloud— podría redefinir el liderazgo de la plataforma en el sector de los videojuegos.

ROG Xbox Ally de Microsoft
Sony: PlayStation como plataforma de IP transmedia
Sony está reimaginando PlayStation no como una marca de consolas, sino como un centro neurálgico para sus propiedades intelectuales en todos los formatos mediáticos. Si bien el hardware de PlayStation sigue siendo fundamental, la compañía está invirtiendo cada vez más en servicios digitales y contenido multiplataforma. Este enfoque ya ha dado resultados visibles.
The Last of Us se adaptó con éxito a la televisión, y Sony ha ampliado su presencia en anime y cine a través de Crunchyroll y otras iniciativas. El enfoque es menos en la distribución amplia y más en profundizar el engagement del usuario a través de IP exclusivas y de alta calidad. La estrategia de Sony posiciona a PlayStation como una plataforma de contenido verticalmente integrada, expandiendo su presencia en el ecosistema de entretenimiento más amplio en lugar de solo en el hardware de videojuegos.

PlayStation
Apple: Gaming ambiental como utilidad del ecosistema
La posición de Apple en el gaming sigue siendo indirecta pero influyente. A través de Apple Arcade y su vasta base de más de dos mil millones de dispositivos activos, la compañía integra el gaming como parte de su ecosistema tecnológico de consumo más amplio. El próximo cambio de las Macs basadas en Intel refuerza el diseño de hardware y software verticalmente integrado de Apple.
Apple no busca la competencia tradicional al estilo de las consolas. En cambio, se dirige a audiencias casuales y familiares a través de juegos nativos para móviles en iPhone, iPad y Apple TV. Sus ingresos por gaming, principalmente de las comisiones de la App Store, superan los $14 mil millones anuales. A pesar de las especulaciones, Apple ha mostrado poco interés en desarrollar un gran estudio de videojuegos propio. En cambio, el gaming sigue siendo una capa de bajo riesgo y alto rendimiento que complementa la estrategia más amplia de dispositivos y servicios de la compañía.

Apple
Meta: Apostando por la próxima interfaz con VR
Meta sigue invirtiendo en tecnologías inmersivas a través de su línea Quest VR, con más de 20 millones de unidades enviadas. La compañía subsidia agresivamente su hardware para impulsar la adopción y ve el gaming como una puerta de entrada a aplicaciones más amplias en la computación espacial. El engagement sigue siendo un desafío, con una alta rotación de usuarios notada internamente.
El giro hacia la realidad mixta y los casos de uso empresariales refleja una diversificación más allá del gaming de consumo. Sin embargo, títulos como Beat Saber y Asgard’s Wrath 2 se encuentran entre sus ofertas más reconocidas. El reciente anuncio de Meta de Deadpool VR, exclusivo para sus propios dispositivos, generó tanto anticipación como reacciones negativas.
Si bien la medida apoya su objetivo de construir un ecosistema VR cerrado, también limita la colaboración industrial más amplia y destaca los desafíos de equilibrar la exclusividad con la adopción. Mientras tanto, Valve está preparando su propio headset premium independiente, Deckard, que se espera que se lance a finales de 2025. Con un precio significativamente más alto, Valve apunta a servir al mercado de PCVR de gama alta, enfatizando la compatibilidad y los estándares abiertos sobre la exclusividad.

Meta Quest VR
Redefiniendo la consola en la décima generación
La industria de las consolas no está en declive, se está transformando. Cada actor principal está tomando un camino distinto hacia el liderazgo de la plataforma:
- Nintendo redobla su apuesta por el hardware curado y la IP premium.
- Microsoft desvincula la consola para centrarse en la integración cloud y del ecosistema.
- Sony convierte PlayStation en un motor transmedia.
- Apple trata el gaming como infraestructura integrada dentro de su ecosistema de dispositivos.
- Meta apunta a la capa de interfaz de la computación futura con la VR.
Lo que une estas estrategias es un cambio de la competencia centrada en el hardware a la arquitectura de la plataforma. La consola, tal como se entendía tradicionalmente, ya no es el objeto central de la innovación. En cambio, la forma en que las empresas gestionen los ecosistemas de software, la distribución de contenido y el engagement entre dispositivos definirá su éxito.
La décima generación marca un punto de inflexión donde la consola se convierte menos en una caja y más en una base estratégica, una plataforma en evolución en lugar de una forma fija. En 2025, la muerte de la consola se vuelve a exagerar. Lo que ha cambiado no es si las consolas importan, sino cómo importan.




