La relación de Corea del Sur con los videojuegos ha cambiado drásticamente en las últimas tres décadas. Antes considerado un problema social que necesitaba regulación, el gaming es ahora una de las exportaciones culturales más exitosas del país y una carrera viable para un grupo pequeño pero visible de jugadores profesionales. Este cambio ha sido impulsado por la inversión en infraestructura, la cultura competitiva y el crecimiento constante de los esports como entretenimiento e industria.
De preocupación social a entretenimiento masivo
A principios de la década de 2000, el gaming en Corea del Sur a menudo se discutía al mismo tiempo que la adicción y el comportamiento poco saludable. Los padres se preocupaban por el tiempo excesivo frente a la pantalla, y los legisladores introdujeron medidas como toques de queda nocturnos para menores. Estas preocupaciones reflejaban una inquietud más amplia sobre la rapidez con la que se estaban extendiendo los videojuegos en línea, especialmente entre los jóvenes.
Esa percepción se ha suavizado considerablemente. En 2024, el presidente Lee Jae Myung declaró públicamente que los videojuegos no deben ser tratados como sustancias adictivas, lo que marca un claro cambio de política con respecto a los intentos anteriores de regular el gaming como un daño social. La declaración se alinea con la forma en que gran parte del público ve ahora el gaming: como una forma legítima de entretenimiento y, en algunos casos, una profesión.
El cambio también es visible a nivel familiar. Jugadores profesionales como Son Si-woo, más conocido como Lehends, recuerdan la resistencia familiar inicial a sus ambiciones en el gaming. Su eventual éxito en las competencias de League of Legends ayudó a convencer a sus padres de que el gaming podía generar oportunidades reales, una historia que refleja un ajuste cultural más amplio en todo el país.
Infraestructura que moldeó una nación gamer
El dominio de Corea del Sur en el gaming no ocurrió por accidente. Después de la crisis financiera asiática a fines de la década de 1990, el gobierno invirtió fuertemente en infraestructura de internet de alta velocidad. Esto hizo que la conectividad en línea fuera ampliamente accesible y sentó las bases para que el gaming multijugador floreciera.
Los PC bangs, o cibercafés, se convirtieron en una característica distintiva de la cultura gamer coreana. Las tarifas por hora asequibles y las conexiones confiables los convirtieron en centros sociales donde los jugadores se reunían para competir, ver partidas y seguir las tendencias emergentes. Incluso hoy en día, miles de PC bangs operan en todo el país, manteniendo su papel como puntos de entrada al gaming competitivo.
A fines de la década de 2000, esta infraestructura apoyó el auge de los esports televisados. Videojuegos como StarCraft llenaron estadios, y los canales de transmisión dedicados trataron las partidas con la misma estructura que los deportes tradicionales. El patrocinio corporativo de grandes empresas ayudó a formalizar las ligas y a normalizar los esports como una actividad profesional.
Esports como carrera, no como garantía
Las academias modernas de esports en Corea del Sur se asemejan más a centros de entrenamiento de alto rendimiento que a clubes de gaming casual. Los jugadores siguen horarios estrictos que incluyen partidas de práctica, análisis de repeticiones, discusiones de estrategia y entrenamiento mental. Algunas academias también brindan alojamiento y planes de nutrición, lo que refuerza la idea de que el entrenamiento de esports es comparable al atletismo de élite.
A pesar de la configuración profesional, las probabilidades de éxito siguen siendo bajas. Los líderes de la industria estiman que solo entre el 1 y el 2 por ciento de los aprendices finalmente consiguen contratos profesionales o trabajos estables relacionados con los esports. Aquellos que sí tienen éxito pueden ganar salarios altos a través de contratos de equipo, premios y patrocinios, pero las carreras suelen ser cortas y altamente competitivas.
El servicio militar obligatorio para los hombres acorta aún más las ventanas de carrera, lo que añade presión para rendir temprano. Se espera que los jugadores que no cumplen con las expectativas avancen rápidamente, ya sea a la educación u otros roles relacionados con el gaming, como entrenador o analista.
La competencia como motor cultural
El éxito de Corea del Sur en los esports globales, particularmente en League of Legends, está estrechamente relacionado con su entorno competitivo. Los equipos del país han ganado la mayoría de los campeonatos mundiales, un récord que a menudo se atribuye a los rigurosos horarios de práctica y a una cultura de competencia profundamente arraigada.
Los funcionarios de la liga señalan que los jugadores coreanos suelen entrenar más horas que sus contrapartes internacionales, con un fuerte énfasis en la disciplina y la concentración. Este enfoque ha producido resultados consistentes al más alto nivel, reforzando la reputación de Corea del Sur como un referente de excelencia en los esports.
Al mismo tiempo, las autoridades son más conscientes del bienestar de los jugadores que en el pasado. Los contratos juveniles estandarizados ahora limitan las horas de entrenamiento oficiales, y existen centros de asesoramiento apoyados por el gobierno para jóvenes que luchan contra el gaming excesivo. El enfoque ha cambiado de la restricción al equilibrio.
El gaming como motor económico
Más allá de los esports, la industria del videojuego en general se ha convertido en un importante contribuyente a la economía de Corea del Sur. Entre 2019 y 2023, el mercado nacional del gaming creció rápidamente, alcanzando un valor de casi 23 billones de wones. Las exportaciones aumentaron a un ritmo similar, lo que convierte al gaming en el segmento más grande de las exportaciones culturales de Corea, por delante de la música y el cine.
Si bien los esports representan solo una pequeña parte de los ingresos totales, desempeñan un papel desproporcionado en el marketing y la visibilidad global. Los principales torneos presentan a equipos, jugadores y videojuegos coreanos a audiencias internacionales, fortaleciendo la posición del país tanto en el gaming tradicional como en áreas emergentes como las iniciativas de web3 gaming.
Preguntas Frecuentes (FAQs)
¿Por qué Corea del Sur es tan fuerte en esports?
Corea del Sur se beneficia de la inversión temprana en infraestructura de internet, una larga historia de esports televisados y una cultura de entrenamiento competitiva que enfatiza la disciplina y la consistencia.
¿Los gamers profesionales están bien pagados en Corea del Sur?
Los jugadores de primer nivel pueden ganar ingresos de seis cifras a través de salarios, premios y patrocinios, pero solo un pequeño porcentaje de los aprendices alcanza este nivel.
¿Cómo funcionan las academias de gaming en Corea del Sur?
Las academias brindan entrenamiento estructurado similar a los programas deportivos, incluyendo horarios de práctica, entrenamiento y análisis. La mayoría de los aprendices no se convierten en profesionales, pero algunos hacen la transición a roles relacionados.
¿Todavía se regula el gaming en Corea del Sur?
La regulación ahora se enfoca más en el bienestar del jugador que en la restricción. Las horas de entrenamiento juvenil están limitadas y hay servicios de asesoramiento disponibles para quienes luchan contra el gaming excesivo.
¿Qué tan importante es el gaming para la economía de Corea del Sur?
El gaming es una de las industrias de exportación cultural más grandes de Corea del Sur, representando la mayoría de las exportaciones de contenido y contribuyendo significativamente al crecimiento económico.




